Hola chicxs:
El pasado enero la revista Agricultura público un especial sobre semillas con el título “Las nuevas semillas dan vida a la agricultura del siglo XXI”
Dicho artículo, escrito por Antonio Martínez, contó con las apreciaciones del sector semillista: Andrés Góngora- responsable del Sector de Frutas y Hortalizas de la organización agraria COAG, Antonio Villarroel- Secretario General de ANOVE, María Luisa Badenes- coordinadora del Centro de Citricultura y Producción Vegetal del IVIA, Celestino Recatalá- Vicepresidente de AVA-ASAJA y presidente de ASOVAV y Antonio Jiménez- Presidente de APROSE.
Queremos resumiros las ideas principales en este post, pero si tenéis tiempo os recomendamos leer el artículo completo en este pdf.
Allá vamos 👇
Martínez comenzaba el artículo explicando los retos a los que se enfrenta la agricultura: Alimentar a un número cada vez más creciente de habitantes, respetando un medio ambiente que se enfrenta a cambios catastróficos y satisfaciendo en moda y precio a un consumidor cada vez más exigente. Y todo esto, con variedades que resulten rentables para el productor.
Hay que pensar muy bien que variedades plantar. Aunque abones bien, tengas la mejor agua, etc. Nunca tendrás resultados tan buenos como si hubieses elegido correctamente en el primer paso.
Antonio Villarroel añadía que además de la gran oferta de variedades de las que disponemos en el mercado, hay que señalar el precio tan bajo que tenemos. Hoy comer supone el 8%-10% de nuestro sueldo y hace años a nuestros abuelos les suponían entre un 25%-30% de su salario y sin embargo, no ponemos esto en valor.
Para adaptarse a las condiciones de mercado y a las condiciones ambientales es fundamental la genética.
Pero para poder sacar adelante nuevas variedades que cumplan esos requisitos y además sean productivas y rentables hay que investigar más.
Por eso, algunas de las opiniones del sector reclamaban más colaboración público-privada.
Cada vez hay mayor oferta de variedades en el mercado, sin embargo, Villarroel opinaba que debe haber una mayor cohesión entre la demanda del consumidor y las capacidades de producir.
El consumidor a veces exige alimentos con unas condiciones que no pueden luego corresponderse con el precio que les gustaría.
Al hablar de costes de la semilla es inevitable no hablar de la piratería. España está lejos de los niveles de certificación de países como Francia o Alemania. Si bien en algunos cultivos hemos mejorado en los últimos 12 años: Antonio Jiménez explicaba que en cereales, leguminosas y algodón estamos en torno a un 40% de semilla certificada y 70% controlada.
Sin embargo en algunas hortícolas las cosas están peor: “En tomate y en algún otro cultivo se está convirtiendo en un problema grave. En zonas como el sur de Italia se estima que hasta el 50% del mercado está perdido por la multiplicación ilegal y en España quizás sea un 20%” explicaba Antonio Villarroel.
Aunque para que extraigáis vuestras propias conclusiones os recomendamos nuevamente leer el artículo completo, os damos algunas pinceladas que recopilamos del artículo.
Para desarrollar variedades que se adapten a las normativas y a las tendencias de consumo es necesario investigar en mejora vegetal.
La investigación es costosa y dificultosa ya que requiere una planificación y anticipación de 10 años y a menudo corre a cargo de la empresa privada.
Es necesario una mayor apuesta del sector público por investigar en la mejora vegetal.