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Las nuevas semillas dan vida a la agricultura del siglo XXI,    19/03/21

Hola chicxs:

El pasado enero la revista Agricultura público un especial sobre semillas con el título “Las nuevas semillas dan vida a la agricultura del siglo XXI

Dicho artículo, escrito por Antonio Martínez, contó con las apreciaciones del sector semillista: Andrés Góngora- responsable del Sector de Frutas y Hortalizas de la organización agraria COAG, Antonio Villarroel- Secretario General de ANOVE, María Luisa Badenes- coordinadora del Centro de Citricultura y Producción Vegetal del IVIA, Celestino Recatalá- Vicepresidente de AVA-ASAJA y presidente de ASOVAV y Antonio Jiménez- Presidente de APROSE.

Queremos resumiros las ideas principales en este post, pero si tenéis tiempo os recomendamos leer el artículo completo en este pdf.

Allá vamos 👇

Retos de la agricultura-Ecuación difícil de resolver

Martínez comenzaba el artículo explicando los retos a los que se enfrenta la agricultura: Alimentar a un número cada vez más creciente de habitantes, respetando un medio ambiente que se enfrenta a cambios catastróficos y satisfaciendo en moda y precio a un consumidor cada vez más exigente. Y todo esto, con variedades que resulten rentables para el productor.

La importancia del material vegetal

Hay que pensar muy bien que variedades plantar. Aunque abones bien, tengas la mejor agua, etc. Nunca tendrás resultados tan buenos como si hubieses elegido correctamente en el primer paso.

El material vegetal es el primer escalón y el que asegura la rentabilidad de las explotaciones. Antonio Jiménez opinaba que “dentro de la semilla aportamos la información de una planta que va a nacer, aportamos adaptación ambiental, tolerancia a enfermedades, aportamos una serie de calidades específicas en función de los usos que le vaya a dar la industria. La semilla aporta un grandísimo valor y seguimos invirtiendo.

Antonio Villarroel añadía que además de la gran oferta de variedades de las que disponemos en el mercado, hay que señalar el precio tan bajo que tenemos. Hoy comer supone el 8%-10% de nuestro sueldo y hace años a nuestros abuelos les suponían entre un 25%-30% de su salario y sin embargo, no ponemos esto en valor.

Más investigación

Para adaptarse a las condiciones de mercado y a las condiciones ambientales es fundamental la genética.

Pero para poder sacar adelante nuevas variedades que cumplan esos requisitos y además sean productivas y rentables  hay que investigar más.

Por eso, algunas de las opiniones del sector reclamaban más colaboración público-privada.

Una oferta en crecimiento

Cada vez hay mayor oferta de variedades en el mercado, sin embargo, Villarroel opinaba que debe haber una mayor cohesión entre la demanda del consumidor y las capacidades de producir.

El consumidor a veces exige alimentos con unas condiciones que no pueden luego corresponderse con el precio que les gustaría.

La investigación es cara y aun así, el valor de la semilla es bajo cuando se pone en perspectiva. En un cálculo más profundizado en el artículo que adjuntamos, explicaba que con 200 kg de semilla (70€) se obtienen 4000 kg de pan (4000 €) representando la semilla un 1,75% del coste del pan (producto final).

PIRATERÍA

Al hablar de costes de la semilla es inevitable no hablar de la piratería. España está lejos de los niveles de certificación de países como Francia o Alemania. Si bien en algunos cultivos hemos mejorado en los últimos 12 años: Antonio Jiménez explicaba que en cereales, leguminosas y algodón estamos en torno a un 40% de semilla certificada y 70% controlada.

Sin embargo en algunas hortícolas las cosas están peor: “En tomate y en algún otro cultivo se está convirtiendo en un problema grave. En zonas como el sur de Italia se estima que hasta el 50% del mercado está perdido por la multiplicación ilegal y en España quizás sea un 20%” explicaba Antonio Villarroel.

Conclusiones

Aunque para que extraigáis vuestras propias conclusiones os recomendamos nuevamente leer el artículo completo, os damos algunas pinceladas que recopilamos del artículo.

Para desarrollar variedades que se adapten a las normativas y a las tendencias de consumo es necesario investigar en mejora vegetal.

La investigación es costosa y dificultosa ya que requiere una planificación y anticipación de 10 años y a menudo corre a cargo de la empresa privada.

Es necesario una mayor apuesta del sector público por investigar en la mejora vegetal.

Y lo más importante, es necesario incentivar el consumo de semilla certificada. Es la que constantemente se adapta a estos cambios tan demandados y es lo que ayuda a los obtentores a financiar parte de la investigación. Si no utilizamos semilla certificada la inversión en I+D se paralizan y dejan de desarrollarse nuevas variedades lo que puede llevar a la aparición de enfermedades, peores producciones y una menor sostenibilidad.

 

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