Hola chicos:
Después de unos agitados días entre jornada y jornada hoy queremos compartir con vosotros la publicación en Interempresas de una entrevista que el periodista Ángel Pérez le hizo al presidente de APROSE Fernando Bagüés.
Aunque podéis encontrar la entrevista en este enlace nos gustaría compartirla aquí también 👇:
La producción de alimentos es una de las grandes preocupaciones actuales de la sociedad. A medio y largo plazo, por el reto que supone el incesante crecimiento poblacional que vive el planeta. A corto, porque el consumidor, en países como España, se ha vuelto muy exigente en términos cualitativos y se interesa por cada uno de los eslabones que forman la cadena alimentaria. El primero de ellos es la semilla y pocas voces hay en nuestro país más autorizadas para hablar sobre ella que el presidente de Aprose.
La Semilla Certificada es la que se obtiene después de un proceso legalizado de producción, con inspecciones en campo y en centro de producción, con requisitos de calidad establecidos por ley, controlados tanto por el propio productor como por los organismos oficiales competentes. Ofrece garantía de origen y de calidad.
Como consumidores queremos alimentos de la mejor calidad, seguros y, si podemos conocer su recorrido desde el campo hasta nuestra mesa, mejor todavía.
Además, a los consumidores actuales nos interesa saber que lo que comemos ha sido obtenido con el máximo respeto hacia el ecosistema en el que vivimos y que, por supuesto, en cada una de las fases de producción se ha sido riguroso en el cumplimiento de la legislación vigente.
La contribución que la semilla, como primer eslabón de la cadena alimentaria, puede aportarnos a los consumidores, tiene que ver con la trazabilidad, con la seguridad alimentaria, con el cumplimiento de la legalidad, con la sostenibilidad…, es decir, con los aspectos que en la sociedad actual preocupan en relación con la producción de alimentos.
Estamos construyendo el camino para que lo sea. Hasta hace unos años parece que el agricultor sólo asociaba Semilla Certificada a un mayor precio. Sin embargo, llevamos un tiempo desde Aprose y otras asociaciones haciendo hincapié en los años de trabajo y esfuerzo que lleva a las empresas obtener una nueva variedad.
En jornadas como las GENVCE, o en otras a nivel comarcal, tratamos de mostrárselo ‘in situ’ por lo que, creo y espero que cada vez el agricultor será un poco más consciente de los esfuerzos y la apuesta por innovación e investigación que las empresas obtentoras y productoras llevan a cabo para ofrecerles variedades que se adapten a sus necesidades.
El camino es largo, de varios años, imposible de explicar con pocas palabras.
Los mejoradores buscan incorporar a sus variedades: resistencias a virus, hongos, bacterias; incremento de la calidad y cantidad de las cosechas; aumentar la tolerancia a fenómenos ambientales (salinidad, temperaturas extremas, sequía); aumentar la tolerancia a insectos; aumentar la tolerancia a herbicidas.
Estos objetivos se enmarcan claramente dentro de los objetivos de la agricultura a nivel mundial, que son: alimentar a una población creciente, conservación de los recursos naturales y minimizar el impacto medioambiental.
Es fundamental. La consecución de los objetivos expuestos anteriormente necesita investigación. La transferencia al agricultor de los resultados de toda esta investigación se realiza a través de la semilla. El costo de la inversión realizada por los centros de investigación y los obtentores se recupera, vía royalti, mediante la utilización de semilla certificada. Si no hubiera Semilla Certificada no habría investigación.
Nuestro ordenamiento contempla dos posibilidades a la hora de decidir qué semilla utilizamos: podemos comprar Semilla Certificada o sembramos grano procedente de nuestra propia cosecha que habrá podido ser limpiado en un centro de acondicionamiento autorizado.
El precio de la Semilla Certificada R-2 es muy competitivo. Existen bastantes empresas y cooperativas que producen semilla certificada y normalmente la oferta supera a la demanda.
Utilizando las dosis recomendadas, dependiendo del precio de los cereales, la Semilla Certificada frente al grano acondicionado puede resultar hasta más barata y, además, se minimizan el riesgo de aparición de enfermedades transmisibles por semilla.
Por buscar un pequeño ahorro en la siembra se pueden llegar a asumir unos riesgos realmente desproporcionados con respecto de sus consecuencias.
Se puede afirmar categóricamente que siempre se va a comportar mejor la Semilla Certificada que un grano reutilizado del que tal vez no sepamos ni su origen ni qué enfermedades pudieron aparecer en el campo del que procede.
Los efectos de la no utilización de Semilla Certificada son devastadores para el propio campo pues puede generar reaparición de enfermedades transmisibles por semilla, pérdida de calidad por contaminación específica, incrementos perjudiciales de dosis de siembra, mayor demanda de herbicidas… Esto es incompatible con una agricultura sostenible que utilice de forma racional los recursos disponibles.
Ante el rechazo lo mejor es responder con argumentos. Desde Aprose tenemos muy claro el mensaje que hay que transmitir y además, asociaciones de carácter europeo como la ESA están desarrollando una campaña de comunicación muy buena que desmonta muchos mitos en torno a la mejora genética.
Hay mucha desinformación y exceso de información errónea pero frente a eso, lo mejor que puedes es no dar por sentado que la sociedad sabe lo que es la mejora genética y explicárselo. Luego, como en muchos otros temas, habrá quien crea en esos mensajes y quien no y hay que convivir con ello.
Una razón puede ser la creencia errónea de que es la Semilla Certificada es más cara, pero, como explicaba antes, si se usan las dosis recomendadas, dependiendo del precio de los cereales, puede resultar más barata y se minimiza el riesgo de aparición de enfermedades transmisibles por semilla.
Esta situación perjudica el volumen de negocio de nuestro sector, merma la rentabilidad de las inversiones, por lo tanto se ralentiza la modernización y la necesaria investigación.
Como he dicho antes, nuestro ordenamiento contempla dos posibilidades a la hora de decidir qué semilla utilizamos: podemos comprar semilla certificada o sembramos grano procedente de nuestra propia cosecha que habrá podido ser limpiado en un centro de acondicionamiento autorizado.
Con estas dos opciones se debería cubrir el 100% de la superficie sembrada, lamentablemente no es así. Se estima que en torno al 40% del grano que se siembra no es ni Semilla Certificada, ni grano de la propia explotación, por lo tanto carece de cualquier control legal.
Desde el sector Semillas hemos incrementado en las últimas campañas la comunicación de las diversas ventajas que reporta la utilización de semilla certificada y de su vital importancia para la financiación de programas de investigación y mejora. Pero quien debe garantizar que se cumplen las reglas del juego es la Administración. ¿Conocemos alguna actividad económica con ese grado de incumplimiento?
La situación de la Semilla Certificada en España viene definida por una muy baja utilización, muy por debajo de cualquier otro país de nuestro entorno.
2009/10 | 2010/11 | 2011/12 | 2012/13 | 2013/14 | 2014/15 | 2015/16 | 2016/17 | |
Avena | 7,3 | 7,8 | 8,5 | 7,3 | 10,6 | 8,3 | 10,8 | 13,2 |
Cebada | 12,2 | 11,7 | 15,0 | 15,6 | 17,8 | 18,2 | 22,0 | 27,8 |
Centeno | 1,2 | 4,1 | 11,8 | 17,3 | 8,5 | 16,1 | 23,1 | 18,1 |
Trigo blando | 20,5 | 21,5 | 20,5 | 21,4 | 20,4 | 22,8 | 24,3 | 29,2 |
Trigo duro | 62,4 | 53,5 | 62,7 | 65,2 | 61,0 | 66,8 | 73,0 | 78,1 |
Triticale | 38,7 | 52,5 | 34,0 | 31,3 | 34,4 | 32,6 | 31,5 | 41,3 |
TOTAL | 20,0 | 18,6 | 20,6 | 20,7 | 21,2 | 23,4 | 26,7 | 31,6 |
El sector debe mejorar. El reto es elevar los niveles de utilización de Semilla Certificada y acabar con la competencia desleal.